Un video que encapsula la intensidad y el caos de las protestas en Venezuela en 2014, narrado desde el punto de vista de una molotov inmóvil, caída al suelo. La obra ofrece una perspectiva única: la cápsula de vidrio se convierte en observadora silenciosa de los sonidos, imágenes y tensiones que la rodean, una metáfora de resistencia y fragilidad en medio de la violencia. Inspirado por mi experiencia personal cercana a las protestas, el video reflexiona sobre la dualidad entre ser parte de los acontecimientos y observarlos desde la distancia, como quien graba desde la ventana de su casa o recoge inadvertidamente los restos de un conflicto que deja marcas físicas y emocionales imborrables.