Exploro el territorio y el caminar como una danza de la memoria, una interrogante persistente sobre su tejido social. Veo el espacio, tanto edificado como no, como un eco de la humanidad, cargado de memorias individuales y colectivas. El lugar, en su esencia material, se convierte en un cuestionamiento estético, donde la arquitectura no es solo construcción, sino un fenómeno cultural. Profundizo en las relaciones humanas que emergen de estos territorios, observando las dinámicas de poder que nacen de la espacialidad, y la perspectiva cultural que cada sitio encarna. Es en este recorrido, donde lo multidimensional, lo material y lo sensorial se entrelazan, surge el archivo como una huella del pasado, y el lugar mismo se transforma en un lienzo donde se inscribe la existencia.
Mi taller es un laboratorio de técnicas autodidactas, un espacio donde las ideas se materializan en un cuerpo de trabajo compuesto por fragmentos que dialogan entre sí. Aunque me fascina la exploración de múltiples lenguajes a través de los procesos creativos, el collage es mi técnica principal. Lo expando hacia diversas dimensiones, abarcando desde lo bidimensional a lo tridimensional, y de lo analógico a lo digital. Esto me permite trabajar con capas múltiples de material y contenido, generando un lenguaje visual heterogéneo. Mi proceso es sistemático: recolecto, deconstruyo, fragmento y reconstruyo, creando nuevas narrativas visuales a partir de esta exploración.