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Fe para llevar

2017 / Galería de Arte Municipal José Requena, Alcaldía de Iribarren. Obra en la Colección de la Alcaldía de Iribarren

Esta propuesta nace de la conexión entre el acto de fe y los objetos que sostienen y activan esa fe en la vida cotidiana. Se trata de esa relación entre lo físico —lo tangible— y lo intangible, ese puente que convierte a lo material en un canal para la confianza, la protección y la seguridad del individuo. Este proyecto explora cómo los objetos, esos amuletos y talismanes cargados de simbolismo, se transforman en protectores portátiles, acompañando a quienes los llevan. Cada objeto es un eco de las tradiciones de nuestros abuelos católicos, preservando una práctica viva y cercana, enraizada en la cultura popular.

La Procesión de la Divina Pastora: Una Fe en Movimiento

Esta obra encuentra un profundo significado en el contexto de Barquisimeto, especialmente en el recorrido de la Divina Pastora, la procesión mariana más grande del mundo, que se realiza cada 14 de enero desde 1856. En esta celebración, la Virgen no espera en un santuario a ser visitada, como en el caso de Guadalupe o Fátima; ella sale del templo y atraviesa la ciudad en un recorrido de 7.5 kilómetros. En ese trayecto, la ciudad entera se transforma. Las calles de Barquisimeto, sus plazas, sus esquinas y sus fachadas, se convierten en un altar abierto donde la fe cobra vida. La Virgen, acompañada por miles de fieles, recorre el espacio urbano, impregnando cada rincón de espiritualidad y renovando el vínculo entre lo divino y lo terrenal.

Caminar en la procesión es una experiencia que trasciende lo individual. Es un andar colectivo, un movimiento profundo que une a desconocidos en un mismo pulso, como si la fe que se lleva en pequeños objetos encontrara allí su máxima expresión en la inmensidad del ritual compartido. La multitud avanza en silencio o entre cantos, en un flujo de energía y devoción que transforma cada paso en un acto de entrega.

La fe se convierte en el latido de la ciudad, en una respiración compartida que llena de sentido el recorrido.
Inspirada en la visión de la procesión como un rito que atraviesa no solo la ciudad, sino también el alma de su gente, Fe para Llevar explora la relación entre lo tangible y lo intangible, lo individual y lo colectivo. En esta obra, los objetos religiosos —amuletos y talismanes— se convierten en símbolos de una fe portátil, de una devoción que acompaña cada jornada de nuestras vidas. Estos pequeños elementos son una extensión de la procesión misma, un recordatorio de que la fe, al igual que la Virgen en su recorrido por la ciudad, no permanece estática; sale al encuentro del creyente, soportando y dando sentido a la experiencia compartida. Fe para Llevar celebra, en cada símbolo y objeto, la fuerza de una fe que recorre la vida, abrazando y sosteniendo a quienes avanzan junto a ella.

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